Hey Darlings,
Como sabrán hace unas cuantas publicaciones pasadas les dije que iba a implementar al blog más sobre mis intereses personales y lifestyle. Pues aquí empieza la serie "Artejólica".
Muchos saben que estudio en una escuela especializada en bellas artes, para mi la mejor del mundo. Amo el arte en toda su expresión. Pero no es lo mismo ser artista que admirador del arte. Ser artista es duro, tiene sus altas y sus bajas; de hecho la mayor parte son bajas, pero esas altas opaca cualquier baja. Esta serie será un desahogo de una joven artista, sueños, procesos, metas, frustraciones, confusión, experiencias personales, entre otros temas. Se que muchos se identificarán conmigo
Como preámbulo a todo lo que va a pasar, les contaré mi historia. Comencé a bailar hace unos 7 años, a mis 10 años, cuando estaba en cuarto grado. Comencé en una academia en mi ciudad en la que estuve un año y medio. Cuando toca mudarme de ciudad tras el divorcio de mis padres, estuve un año sin bailar. Al año siguiente a mis 12 años toca audicionar para admitir a mi amada escuela obviamente por la especialidad de danza. Llegó mi pasión acompañada por una tortura necesaria, el ballet. Jaja, estoy siendo un poco dramática pero en realidad es bastante complicado, así como necesario para desarrollar la técnica. Aquí estuve mis tres años de escuela intermedia como parte del cuerpo de baile. Luciéndome desde la posición que tuviera, fuera en enfrente o detrás de la formación. Todos esos años valieron la pena porque formaron a la bailarina que soy hoy. Cuando toca readmitir para pasar a mi años de escuela superior, la audición fue completamente diferente, me sentía segura y preparada, gracias a mis excelentes mentores.
Cuando llego al décimo grado, se me presenta la oportunidad de un personaje, mi primer personaje, este requería actuación. Yo sin pensarlo me preparé lo mejor que pude de un día a otro. Hasta este momento pensaba que mi pasión era el baile, eso hasta que sin esperarlo era Pumba en El Rey León. Este fue verdaderamente un personaje complejo de desarrollar, porque además de que debía de memorizar líneas, debía actuar como un animal, desarrollar una voz de hombre ronca y hasta cantar. Fue verdaderamente difícil porque no tenía ningún tipo de experiencia, por esto trabajé el doble, en las clases de especialidad, horas libres en la escuela, y en mi casa. Todo el tiempo estaba trabajando por hacer lo mejor que pudiera con este personaje. Ese esfuerzo valió la pena porque recibí muchísimos complementos y halagos por mi interpretación. El próximo semestre yo quería personaje, quería actuar, esto me había encantado demasiado. Otra vez sin pensarlo me convertí en Matron Mama Morton en el musical Chicago. Aquí volvería a mi raíces, el baile, iba a ser la principal en una coreografía ¿¡Qué!? Esto me emocionaba muchísimo. Para este personaje estaba bastante confiada de que lo haría bien porque Mama era perfecta para mi. Pero así fue esa confianza no fue suficiente, me confié demasiado de mi talento y no trabajé lo necesario. Pese a que muchos me felicitaron y dijeron que les encantó mi interpretación, yo no quedé satisfecha.
Luego de un exitoso año de tener personajes, vuelvo para mi año JUNIOR. Todo parecía ir perfecto, estaba bailando como nunca, espectacular. Pero la vida del bailarín es impredecible, a mediados del semestre sufrí una tendonitis en el tobillo. Fue horrible todos los meses de recuperación, no podía bailar, casi no podía ni caminar. Fue duro ver a todas mi compañeras lucirse en competencias y recitales y yo pues simplemente no podía. Me frustré, le tomé rencor al baile, y hasta hoy lo estoy superando. Todavía se me hincha y duele el tobillo si estoy mucho tiempo parada o abuso de él bailado. Pero es algo con lo que tendré que vivir.
Llegó el próximo semestre, me propuse comenzar con una nueva actitud, dispuesta a aceptar lo que viniera. Por lo que pasé decidí tomar una clase en la especialidad de artes visuales, dispuesta a prender cosas nuevas para el blog, la clase que tomé fue publicidad. Allí aprendí técnicas publicitarias mayormente digitales. Fue una experiencia enriquecedora, aprendí muchísimo, allí descubrí otra pasión en el arte. Este segundo semestre también obtuve mi personaje favorito que he interpretado, una responsabilidad inmensa porque es la villana favorita de todo el mundo, esta vez me tocó interpretar a la Malvada Madrastra en el icónico cuento de hadas "La Cenicienta". Estudié para este personaje como no tienen idea, practicaba día y noche, mi propósito era que no me vieran a mi en escena, quería que vieran a una persona mala y vengativa, quería que vieran a la Madrastra. Y creo que lo logré, según mi perspectiva y la reacción del público, este ha sido mi mejor personaje.
Ahora tocaba el año SENIOR, por fin. Ya tengo un post completo sobre esto por lo que no entraré en tanto detalle. Pues resumiendo, en mi entrada senior "Sabor a mi", un musical basado en la película nominada al Oscar, "Chico y Rita" fui Ramona, un personaje chulísimo que lo gocé de principio a fin. Aquí había un reto, tuve que desarrollar mi personaje prácticamente desde cero, fue un proceso bastante diferente, pero a mi parecer encantador.
Y así vamos, pronto estrena el próximo espectáculo de la especialidad de Danza, "El Grinch" donde estaré siendo parte del elenco como la Alcaldesa Augusta, que como saben todos los que han visto el Grinch, el personaje original es hombre, pero acá le dimos un twist y yo seré la interprete. Y así es la rutina de nosotros los artistas de escuelas especializadas, esta será mi tercera producción en el 2016. Terminamos un espectáculo para audicionar y entrar en otro personaje. Me encanta esta dinámica y se que es lo que más extrañaré cuando me gradúe.
Pues más o menos aquí les conté mi vida en el arte, poco a poco a lo largo de esta serie "Artejólica" conocerán más de mi y mis experiencias, expectativas, y muchas cositas más en el arte. Este proyecto me emociona bastante porque estaré compartiendo con ustedes una de mis grandes pasiones. Por ahora los dejo con esto.
xoxo -Valeria M.